Gustavo Petro se preparó durante 12 años para llegar a la Presidencia de Colombia. Perdió en las tres primeras campañas pero logró imponerse con tesón y persistencia en la cuarta finalmente. Desde cuando fue proclamado presidente electo en junio de 2022 quedó en evidencia que, como buen político de vieja guardia, se había preparado para ganar las elecciones pero no para gobernar. Le falta comunicación en el nuevo papel de Presidente. Desconoce como se mueven los medios de comunicación. Mal entiende las redes sociales. Por todo eso está pasando los primeros problemas.

Por: Otto Gutiérrez (4ottog@gmail.com)
Al terminar el primer mes como Presidente de Colombia Gustavo Petro ha dejado varias cosas en claro. La primera que no conoce los principios de la comunicación, los medios, las redes sociales y la dinámica como se mueven. Es el primer Presidente de la izquierda elegido en Colombia. Él propuso la bandera de cambio que los ciudadanos aceptaron y votaron. Hasta ahí un logro histórico. El Presidente Petro obtuvo mucha experiencia como candidato y demostró al ganar que era un completo novato como presidente. De senador experimentado y jefe de la oposición pasó a ser aprendiz de líder del ejecutivo. Aquí veremos cómo no es comunicador y no tiene liderazgo para serlo. Su gobierno se fundamenta en cinco ministros que llevan el peso de las políticas de cambio y tampoco son buenos comunicadores. Con el correr de los primeros días se ve desorganizado y errático y manda mensajes altamente debilitadores. Su gobierno y sus mensajes no se alinean a ningún modelo de gestión comunicativa. Desconoce la esencia de la comunicación y estaría mal asesorado.
NI COMUNICADOR NI LÍDER. Los serios problemas de comunicación salieron a flote al final de la campaña. No había contado con un referente de comunicación y desesperadamente buscaba uno. En la campaña lo acompañaron varios asesores pero nunca tuvo un jefe de prensa. Ya electo contrató a la jefe de prensa del candidato Fajardo pero ella terminó como secretaria privada. La información y comunicación siempre fue ambigua, torpe y desarticulada de alguna estrategia o eje estratégico. Ya electo nunca fijó pautas a sus ministros. Tampoco organizó un plan ni un taller para decir cómo entendía la comunicación o cómo quería ser visto. Estas son cosas básicas. El resultado fue que dejó crecer el caos entre sus ministros quienes salieron con todo tipo de declaraciones, contradicciones y anuncios sin sentido o desconectados de la realidad. A pesar de haber asumido el cargo el siete de agosto, el desorden del gobierno continua y lo peor no hace nada para detenerlo. Estos errores ya afectan su reputación y su posicionamiento.
DESORGANIZADO Y ERRÁTICO. Eficientemente, un presidente electo se ocupa de conformar su gabinete tras la elección. Lo organiza y fija una agenda, pautas, metas y mediciones individual y colectivamente. Tampoco organizó su agenda personal. Faltó a eventos claves sin una excusa creíble y pública. Se preocupó por formas muy personales y no se le vio comunicando un plan de cambio, ni en una agenda legislativa en el Congreso. Eso lo manejaron sus congresistas con los partidos políticos, lo cual lo afectó. En varias semanas el país no supo nada de su Presidente electo. Petro cedió espacios y tiempos importantes para construir su posicionamiento, liderazgo, agenda, reputación y solidaridad. Entre julio y agosto dejó ver que el Presidente no de atribuye valor al orden y control del mensaje. Quizá creyó que la Presidencia como la campaña son cuatro meses y no cuatro años.
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LOS MINISTROS NO AYUDAN. El Presidente Petro parece haber dejado a la deriva o al conocimiento de cada ministro la comunicación del gobierno. Cada uno actúa como rueda suelta. Los temas claves del gobierno están concentrados en cinco de ellos y ya demostraron que no son buenos comunicadores a pesar de la buena formación que tienen en sus especialidades profesionales. Esos cinco ministros son Hacienda, Defensa, Canciller, Salud y Minias y Energía. Todos ellos cometen los mismos errores. No tienen habilidades con medios de comunicación. Creen solo en la prensa tradicional que hoy compite con los nuevos medios. No entienden la ecuación forma y fondo de los mensajes y la comunicación. Creen solo en el fondo. Muestran gran riesgo de caer en el error por falta de competencias en vocería. Padecen el síndrome de la dictadura del conocimiento, que es creer que deben hablar para los 50 colegas de su nivel intelectual y no para 50 millones de ciudadanos. Los aterra la máxima que dice ”La realidad no es la que es sino la que dicen los medios que es”.
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Junto a los cinco ministros claves hay otros tres funcionarios que serán fuente de problemas más adelante cuando tomen más vuelo, hayan pasados los meses y el manejo de la comunicación sea muy pobre. Los ministros de Justicia y Cultura así como la Vicepresidente prometen ser fuente de muchas caricaturas, memes y chistes. No tienen empatía con los ciudadanos.
CAMPAÑA vs GOBIERNO. En este punto el Presidente Petro tiene los problemas más severos de su idea de comunicar. Cree que puede seguir en campaña y la gente lo quiere ver Presidente. Asume como Presidente que puede seguir utilizando las estrategias de información negativa y desprestigio. Confía ciegamente en el señor Guanumen. Desconoce que al ser gobierno la dinámica de los medios no es la misma de campaña. Los medios tienen fuentes que los alimentan y egos que buscan sobresalir. La constitución ofrece deberes y derechos para medios y funcionarios. Por su parte los ciudadanos tienen un arma poderosa que es la percepción. Con ella castigan al gobernante que no es claro. Guanumen promete ser más dañino si continúa con la práctica nociva de la campaña. Además, cuando se es gobierno la imagen se construye con mensajes respaldados con actitudes que la gente ve. Si Petro no lidera, no ejecuta y no logra comunicar sus metas no habrá Guanumen que pueda hacer mucho.
SOLUCIÓN A LA VISTA. Todos estos defectos, vicios y problemas tienen solución. Cada día que pase sin tomarse una acción correctiva es tiempo perdido que es muy valioso. El Presidente Petro debe tomar el liderazgo que no ha tenido. Organizar a su equipo instruyéndolo sobre el valor de la comunicación, positiva, constructiva y holística con los ciudadanos. Debe organizar su agenda, cumplirla y generar actitudes que respalden sus palabras y construyan mensaje. Muy importante será definir su estilo, su marca, sus atributos y la percepción deseada. Debe dejar de improvisar discursos y medidas. Ser más estratégico. Utilizar mejor el tiempo de los procesos en las cosas del gobierno. Él debe entender que es el Presidente y no el líder de la oposición. Debe mostrar que gobierna para todos con el fin de unir un país polarizado. Comunicar que sus detractores están incluidos en su gobierno y no excluidos. Debe ser líder, llamar la atención a su equipo, exigir dedicación y destacar logros. Tiene que divulgar la forma como medirá su desempeño y el de todo su gabinete. Todo debe verlo la gente. El plazo para tomar todas estas acciones es el día 100. Después será muy difícil alinearse con la opinión pública. Ya ha perdido 24 días. Aún tiene tiempo. Como Presidente puede tener la ayuda que desee o necesite.
Ante todo lo que está ocurriendo surge la pregunta ¿por qué se ha permitido que ocurra algo tan caótico? Habría dos respuestas. Por un lado, que efectivamente la comunicación no es el fuerte del Presidente Petro y la figuración mediática la ha conseguido por su papel de opositor más que por sus virtudes de comunicador. Por eso no le da valor a forma de ser percibido por las mayorías. Por el otro, toma fuerza la teoría de que Petro estaría permitiendo un desgate para bajar los estándares, liberar al gobierno de esos retos y no tener que preocuparse por el cumplimiento de metas altas en materias comunicativas. Los críticos lo comparan con la famosa explosión controlada que hizo famoso su círculo de campaña para cubrir las equivocaciones del candidato.
La oportunidad histórica del cambio que quiere ejecutar es única. El valor de la comunicación de este gobierno no radica solo en que muestre que hizo todo lo prometido porque eso quizá sea imposible en cuatro años. La trascendencia para Colombia de este primer paso de cambio es que sí se comunica bien habrá más presidentes como Petro. En cambio si se hace mal se cerrará la puerta a estos liderazgos de cambio y regresarán los presidentes del establecimiento como los que vinieron antes que él. Hacer las reformas será muy importante pero igualmente será decisivo que los ciudadanos entiendan que no se equivocaron al abrir la puerta a nuevos aires. Eso se logra con comunicación pura y auténtica. Está en sus manos perdurar en el tiempo o solo quedar como un dato en la historia.
Si usted está interesado en implementar estrategias de comunicación de gobierno o ya está en un proceso para mejorar una y cree que puedo aportarle, no dude en escribirme. Para conocer más de este tema o si tiene necesidades específicas simplemente escríbame a 4ottog@gmail.com, cuénteme su proyecto o necesidad y seguro puedo ayudarlo.